La navidad tiene un significado para cada persona, es cierto que para algunos adultos son épocas emocionalmente difíciles, para otros son de abundancia; de estos adultos dependen algunos niños, “nuestros niños”, que miran a través de sus ojitos la ciudad llena de luces, esperando ayudar a decorar su propia casa, sus escuelas preparando festivales navideños, todas aquellas cosas que les causan mucha alegría e ilusión, sin embargo también para ellos es tiempo de pedir y pedir…. ¿Pero, qué necesitan verdaderamente los niños?.
A menudo nos ocupamos sólo de los regalos y cumplir expectativas externas, tratando de cubrir nuestras propias necesidades. Te invito a que pienses en los niños, ¿Cómo queremos que vivan estas fechas de fiestas?.
Para lo anterior será importante ocuparnos de nosotros mismos, responde las siguientes preguntas: ¿Qué regalos emocionales o espirituales necesitas darte? , ¿Qué peso puedes dejar atrás para empezar un nuevo año más ligero y en paz contigo mismo?, ¿Cómo puedes regalarte una navidad más auténtica y llena de significado?.
La navidad te invita a darte un momento para cerrar ciclos, dar nuevos significados, darte la oportunidad de empezar de nuevo, recordar que no estamos definidos por nuestro pasado, estamos definimos por nuestra capacidad de crecer y transformar; la navidad, con su espíritu de renacimiento, nos invita a soltar lo que no nos puede ayudar a crecer y nos permite ser libre, es el momento de abrirnos a un nuevo comienzo a esa transformación emocional que queremos empezar.
Sabemos que vivimos en un mundo que nos conecta con lo material, sin embargo debemos ser fuertes y conectarnos con la vida y darnos el regalo de la gratitud.
Ahora sí … ¿y los niños?
¿Los niños quieren escuchar esta frase? “Son épocas de dar y recibir amor”
Cliché o no, el amor debería darse en cada momento oportuno del año, siempre una muestra de cariño, un abrazo, un te quiero, un te amo, estoy orgulloso de quien eres. A nuestros niños y adolescentes les gusta escuchar y sentirse amados, aunque pareciera que nos amen o nos odien, pero como padres o cuidadores, el amor debe estar siempre presente.
Nuestros niños piden y quieren lo que ven y aprenden en casa, tú, papá o mamá ¿Qué le enseñas a tu hijo? ¿Le das lo mismo que recibiste?¿le das lo que no tuviste? ¿Le das a manos llenas? o pasan tiempo juntos, salen a disfrutar de las luces, se sientan a tomar un taza de chocolate caliente, hacen planes de lo que quieren compartir, ¿Qué actividad hacen que les ayuda a reforzar el amor y la conexión que debe haber entre padres e hijos?.
¿Verdaderamente enseñamos valores a nuestros hijos en esta época del año?
La empatía, la compasión y la generosidad, la enseñamos cuando das algo sin esperar nada a cambio, cuando ayudamos a quien necesita, cuando hacemos que nuestros niños vean que los involucramos en estos actos de fe, cuando preparamos la cena con amabilidad, respeto y cariño a nuestras familias.
La gratitud debe de venir desde lo más profundo de nuestro ser, pregúntate ¿Qué cosas por más pequeñas que sean las has agradecido? Ser agradecido nos ayuda no solo en el pensamiento sino también transforma nuestra energía; que nuestros niños vean en nosotros gratitud les enseña no solo ser agradecidos, también les enseña la humildad.
¿Cómo fomentar la ilusión en nuestros niños?
Si los adultos que los rodean solo les preguntan ¿Qué pedirán a Santa o a los Reyes? será lo único que tengan en mente, y ¿Si mejor les hablamos con ilusión e imaginación de cual fue nuestro mejor regalo y aun lo llevamos en nuestro corazón?, y si nos comportamos como niños y hacemos nuestra carta y pedimos cosas que tanto desea nuestro corazón, y si solo somos acompañantes guías en este proceso, y los dejamos ser niños…. será un momento de conectar con el niño o niña que fuimos.
¿Cuántos regalos son muchos?
Cuando los niños solo piensan en pedir y pedir, y se acostumbran a recibir y recibir, es justo ese momento en el que debemos observar con delicadeza lo que verdaderamente necesita nuestro hijo, ayudarle a dar un valor a lo que ya tiene, a agradecer y despedirse de lo que no puede guardar, a recibir con amor lo que está por llegar, simplemente a compartir un tiempo especial con ellos.
El sentido de la navidad en los niños, es vivir la magia, la ilusión y el valor de la familia; es un momento perfecto para gestionar los sentimientos y necesidades, para enseñarles límites, enseñarles que es momento de compartir y no únicamente de consumir, enseñarles a disfrutar y ser felices.
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